Tan claro como el agua.

Hace unos días, una seguidora me escribió preguntándome si tenía la costumbre de tomar una taza de agua con limón en la mañana. Le contesté que sí y hablamos de algunos beneficios conocidos de esta combinación, como ayudar a tu sistema inmune y digestivo. Pero lo que me dio un poco de roche contarle es que yo no tomo ¨una tazita¨ de agua en la mañana, yo tomo (o más bien absorbo) medio litro de agua y lo considero mi verdadero despertador.

Así que me puse a pensar en el tema, y si bien hablar sobre agua puede no ser la manera más emocionante de inaugurar el blog, me parece que probablemente sea el cambio más sencillo e importante que podemos hacer hacia tratar de llevar una vida más saludable.
Tan simple y accesible como tomar agua.

¿Sabían que una persona puede sobrevivir aproximadamente 30 días (o más) sin comer, pero apenas un par de días sin tomar agua? Hidratarnos es básico. Nuestro cuerpo es 60% agua, eliminamos líquido constantemente de muchas maneras, y sin hidratarnos con frecuencia, nuestro organismo empieza a colapsar. Y me imagino que lo que queremos es sentirnos frescos, vitales y con buena digestión, no? H2O es lo que tu cuerpo latino necesita. 😉

Así que volviendo a mis extrañas costumbres matutinas, una de las primeras cosas que hago al levantarme es ir a la cocina, llenar un frasco (tengo vasos, pero el frasquito me acomoda) con 500ml de agua tibia con un limón exprimido. Digo que es como mi despertador porque siento esa sensación de ¨aaahhh¨ en todo mi cuerpo. Después de todo han pasado ocho horas o más sin haber tomado agua, es como cuando riegas una planta que se está secando e inmediatamente puedes ver la diferencia; como que ¨revive¨.

A todos nos ha pasado que estamos corriendo de un lado al otro y es muy fácil olvidarnos de tomar agua. A lo largo del día puede parecer que tenemos mil cosas más importantes que hacer que ponernos a pensar en eso. Pero aunque no lo relacionemos, eso trae algunos ¨síntomas¨.
Muchas veces confundimos la sensación de hambre con sed (en serio!), o nos sentimos pesados o con sueño, incluso con dolor de cabeza… ¡cuando lo que necesitamos es rehidratarnos!
Así que para no olvidarme, ¨mi truco¨ es seguir rellenando ese bendito frasquito a lo largo del día, o tratar de tener siempre una botella de agua cuando estoy en la calle. Eso me permite acordarme de tomar buenas cantidades y más o menos llevar una cuenta.

Con frecuencia escuchamos que debemos tomar 2 litros de agua al día, u 8 vasos. Pero según tengo entendido, esa cantidad no tiene por qué ser una norma. Es lo recomendable para un adulto, pero las cosas cambian dependiendo de nuestro tamaño, actividad física, temporada del año, etc.
He conocido gente a la que no le gusta el agua, que le parece fea. Pienso que esto es muy probable que sólo sea falta de costumbre. Y justamente pasa por irnos creando un hábito, hasta que luego lo hagamos naturalmente. Si eres totalmente intolerante al agua (eso existe?!), puedes prepararte aguas saborizadas. Simplemente pones frutas picadas como fresas, limones o naranjas en una jarra o botella, y la llenas con agua. ¡Eso es lo que puedes ir tomando a lo largo del día!

Espero que este post les haya dado sed y estén por pararse a tomar un buen vaso de agua.
A los que no tienen la costumbre de tomar agua en ayunas, los invito a hacer el intento, para mi es fundamental. Es empezar el día siendo consciente de lo que mi organismo necesita. Es arrancar con un buen hábito y con  los que siguen en el día, también lo serán. El pequeño cuidado que tengo conmigo al tomar ese medio litro de agua con limón, me permite pensar con amabilidad qué me va a caer bien de desayuno, con suerte, podré seguir pensando así a lo largo del día.

Así que ya sabes, si todo (la vida, literalmente, todo) empieza con H2O, ¿por qué no tu día?
Cada célula de tu cuerpo te lo agradecerá.